martes, noviembre 20, 2007

¿Radicales o estúpidos?

Itinerario Político
Ricardo Alemán
20 de noviembre de 2007

Pocos, muy pocos recordarán la arenga de Andrés Manuel López Obrador en el zócalo capitalino durante la celebración del primer año del “gobierno legítimo” que encabeza. Pero ya es un clásico de la picaresca mexicana —y quedará en la memoria colectiva— la respuesta intolerante y estúpida de un puñado de sus seguidores que por la fuerza penetraron a la Catedral metropolitana, golpearon a feligreses católicos y causaron daños menores al recinto, en protesta porque las campanas del templo doblaron cuando estaba a punto de hablar el “mesías tropical”.

En realidad se trata de un escándalo menor —por su origen y sus causas—, pero que se agiganta por el entorno político en el que se produce y por la fuerte carga de intolerancia y estupidez que lo mueve. Hoy acusan de provocación, de agresión a su causa porque, como ocurre desde hace años, una supuesta mano perversa ordenó que tocaran las campanas de la Catedral metropolitana cuando el señor “legítimo” se preparaba para predicar su verdad. Mañana denunciarán complot ante cualquier cosa que interfiera su política delirante, hasta por el “vuelo de una mosca”.

Pero nadie puede hablar de una “casualidad” o de una reacción “espontánea de la gente” frente a una supuesta agresión de esa perversa derecha que se esconde bajo las sotanas de Catedral —a pesar de que la señora Rosario Ibarra de Piedra y el señor Agustín Guerrero salgan con el cuento chabacano de que se infiltraron provocadores con la consigna de manchar el éxito de la CND—, porque todos en el PRD y muchos fuera de ese partido saben quién es el tabasqueño, de qué es capaz y cuáles son sus métodos de hacer política.

No, la “toma de Catedral” tiene la misma genética porril que la “toma de pozos petroleros”, que el “asalto al Congreso”, que el “bloqueo del corredor zócalo-Reforma” y que muchos otros escándalos propios del señor Gerardo Fernández Noroña, que al igual que su jefe sabe bien que el escándalo, el espectáculo de supuestos radicalismos políticos, que la dizque “reacción espontánea de la gente” son más efectivos que cualquier otra estrategia política. Claro, si de ganar el reflector se trata.

El “asalto a Catedral” fue un acto deliberado —y se lo pueden preguntar a cualquier perredista serio, de los muchos que conocen bien al señor “legítimo”—, que buscaba precisamente el reflector y las primeras planas. Y es que cualquiera que conoce a “Andrés” sabe que en sus eventos, sus concentraciones públicas, el señor “legítimo” no deja suelto ningún detalle y siempre tiene en sus manos los hilos para “jalar para donde le interese que camine el evento”. Y la del domingo pasado no es la excepción. Eso sí, a los ojos de todos —y sobre todo de no pocos perredistas— está claro que en esta ocasión se le pasó la mano. ¿Por qué?

Porque los integrantes del piquete de porros lanzados contra la Catedral, contra los feligreses católicos y contra el objetivo central que era el cardenal Norberto Rivera —quien por cierto, en otro hecho que tampoco es casual, no acudió a la misma dominical de la Catedral— se excedieron en su representación teatral. Se pasaron de fuerza y enseñaron que, más que un grupo radical al que mueve la defensa de una causa —que pudiera ser legítima, cualquiera que fuera su origen—, eran un piquete de golpeadores a los que mueve la estupidez a secas. Y no faltarán las voces que argumenten que un acto como ese va en contra de la imagen del señor “legítimo” y que por eso no pudo ser un acto deliberado. La respuesta no admite matices. ¿Cuántas de las decisiones de AMLO han sido sensatas?

Ya hace semanas, una turba persiguió al purpurado al salir de una misa dominical, golpearon su camioneta y lo insultaron al salir de la Catedral. Esa agresión ameritó un amago de denuncia y la advertencia de que sería cerrado el recinto católico e histórico si no había garantías para los católicos. El PRD prometió que no perseguiría más a Norberto Rivera y todos se quedaron en paz, al tiempo que el Gobierno del Distrito Federal prometió ofrecer seguridad para el cardenal.

¿Qué pasó el domingo? ¿Por qué la policía capitalina no mantuvo la guardia prometida? ¿Por qué no hubo detenidos? ¿Por qué los señores López Obrador y Marcelo Ebrard guardaron silencio? ¿Por qué debieron salir los señores de Nueva Izquierda para proponerle al cardenal Rivera un acercamiento y una tregua? La lista de interrogantes es larga. Pero resulta que en política el silencio también habla. El que calla otorga, dice el refranero. O si se quiere —en abono a otro clásico de la picaresca mexicana—, resulta que el señor “legítimo” ni los vio ni los oyó.

Claro, a los porros que asaltaron la Catedral. Hace un par de semanas dijimos aquí —luego de la aparente tregua entre el grupo radical de AMLO, Los Chuchos y el cardenismo, a propósito de la elección de Michoacán— que no pasaría mucho tiempo para que el tabasqueño sacara de nuevo los misiles, y que la celebración del primer aniversario del “gobierno legítimo” sería una oportunidad ideal para reavivar los tambores de guerra entre el perredismo. ¿Y qué es el “asalto a la Catedral”, si no un golpe contra Los Chuchos, los nuevos aliados del cardenal? Lo que vimos el domingo en no es más que un nuevo retrato de AMLO, un mural de cuerpo completo de la intolerancia y del “cero respeto” al otro.

En el camino Por cierto, los que se quejan de la censura en Televisión Azteca contra el propagandista Mandoki —cuya película resultó un fracaso en cines, pero un éxito de piratería— deben saber que el senador Santiago Creel, del PAN, también está vetado en esa televisora. ¿Por qué será?

aleman2@prodigy.net.mx

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Asalto a Catedral


Por Sergio Sarmiento

"Con la iglesia hemos dado, Sancho".

Don Quijote


Las campanas de Catedral repicaron llamando a misa este domingo al mediodía. Esto lo hacen con frecuencia. Quienquiera que esté algún tiempo en el Zócalo de la Ciudad de México lo sabe bien.

Pero los grupos que se habían reunido en la plaza para festejar al "gobierno legítimo" de Andrés Manuel López Obrador claramente no pasan mucho tiempo en el Zócalo ni acuden a misa en Catedral. El hecho es que las campanas los enfurecieron porque sus discursos no se podían oír.

Otros habrían quizá tratado de hablar con las autoridades del templo. No es inusitado que los vecinos tengan dificultades porque algunos hacen ruidos que molestan a los otros. Cuando la gente actúa de buena voluntad, estos problemas se arreglan con diálogo.

Los lópezobradoristas, sin embargo, tienen otras formas de saldar cuentas. Así, un grupo de unos 150 ó 200 se dirigieron enardecidos a la Catedral. Una valla de granaderos, desplegados por el gobierno del Distrito Federal precisamente para garantizar la seguridad, permitió su paso sin molestarlos. Al parecer tenían órdenes de no enfrentarse a los militantes.

Cuando los perredistas se acercaban a las puertas de Catedral, éstas fueron cerradas por los cuatro guardias que precariamente deben proporcionar seguridad en el interior. Pero los manifestantes abrieron las puertas a patadas y entraron al templo en tropel enarbolando estandartes de la Convención Nacional Democrática y coreando el nombre de López Obrador. Sembraron el terror entre los feligreses -muchos de ellos mujeres, ancianos y niños- que ahí esperaban la misa de las doce. Golpearon y empujaron a algunos y lograron que se suspendiera la celebración.

El arzobispo Norberto Rivera Carrera no se encontraba en el recinto. Si hubiera estado, la agresión habría quizá tomado visos más dramáticos. El cardenal se ha convertido en un enemigo abierto a ojos de los simpatizantes de López Obrador. A falta de esa agresión física que se quedó en deseo, quienes irrumpieron en la Catedral insultaron a gritos al arzobispo y lo llamaron pederasta.

La arquidiócesis de México ha tomado la decisión de cerrar la Catedral por tiempo indefinido "porque no existe seguridad en esta ciudad para la libre expresión del culto". El cierre sólo concluirá cuando el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, un hombre muy cercano a López Obrador, garantice por escrito la seguridad. Es una medida extrema que no se había tomado desde tiempos de la Guerra Cristera en la década de 1920.

Marcelo Ebrard difícilmente puede afirmar que no sabe cómo ocurrieron las cosas. De hecho, el jefe de Gobierno del Distrito Federal fue el único gobernante perredista presente en el Zócalo en la Convención Nacional Democrática de López Obrador. Los demás, al parecer, han preferido guardar una cauta distancia ante Andrés Manuel y el ala radical del PRD.

Quien no abandona nunca a López Obrador es Gerardo Fernández Noroña. El ya-no-vocero pero todavía secretario de Comunicación del PRD, y uno de los principales líderes de las protestas contra el cardenal, acusó a los responsables de la Catedral de excederse. "Se prolongó el repiqueteo de las campanas al grado de que doña Rosario Ibarra suspendió su discurso. Nadie escuchaba nada. Eso molestó a la gente. Los medios fueron testigos. Eso irritó a todos".

Parte del problema para los lópezobradoristas y para el PRD es que, precisamente, los medios de comunicación estaban ahí presentes y registraron todos los detalles del ataque a Catedral. Estas imágenes pueden tener un costo político muy importante en un país católico como el nuestro (aunque el PRD tiene la ventaja de que la nueva ley electoral prohíbe las "campañas negativas", lo cual podría impedir que estas imágenes fueran difundidas en las contiendas electorales).

Si el repique de las campanas fue una provocación como argumentan los lópezobradoristas, entonces la provocación tuvo éxito. Los reportes periodísticos señalan que las campanas repicaron durante nueve minutos. Esto fue suficiente para la agresión.

La popularidad de López Obrador, que empezaba a mostrar un repunte después del nadir de la prolongada ocupación del capitalino Paseo de la Reforma, ha recibido un nuevo y fuerte golpe. El propio PRD, que con enormes dificultades ha tratado de distanciarse de la imagen de intolerancia de López Obrador y de sus simpatizantes, puede sufrir también las consecuencias de este ataque.

Me pregunto qué habría pasado si grupos violentos hubieran irrumpido en el bloqueo del PRD en el Paseo de la Reforma como lo hicieron este domingo los perredistas en la Catedral. Sin duda el PRD se rasgaría las vestiduras y condenaría la violencia de la ultraderecha. En cambio hoy vemos toda suerte de intentos por justificar el asalto a Catedral. La violencia parece ser un monopolio de la izquierda en nuestro país.

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lunes, noviembre 19, 2007

Llega AMLO y pierden, se ausenta y ganan

La primera y más contundente señal se tuvo en Tabasco: el candidato de López Obrador perdió hace un año luego de que su padrino hiciera campaña por él, municipio por municipio y mitin por mitin. El colmo lo acabamos de ver en Puebla: con todo y el desprestigio del gobernador Mario Marín, más la campaña de López Obrador, el PRD perdió todo.

La clave parece estar en una inamovible convicción de AMLO: aun lo más ridículo resulta efectivo cuando le echa todas las ganas. Los ejemplos sobran: declararse presidente y hacerse colocar una banda presidencial de a mentiritas, tomar el Paseo de la Reforma y agujerearlo para levantar, pagadas por el GDF, carpas enormes aunque vacías; golpear, repetir, repetir siempre: el pelele, el fraude, el robo de la Presidencia, el pueblo bueno, los ricos malos. Eso le ha dado audiencia durante un año más, pero estiró la liga demasiado.

Su táctica es trillada, vieja como el mundo, aunque no ha perdido eficacia: “¡Al ladrón!”, grita el ladrón, y todos corren en el sentido indicado mientras él escapa sonriente. López Obrador no robó para su fortuna personal (lo creo sin argumentos, por fe), no se compró casas como Arturo Montiel, pero desvió fondos destinados a infraestructura hidráulica del DF hacia obras espectaculares, levantadas sin más proyecto que adelantar su campaña presidencial; elefantes blancos, obras apantallantes entregadas, sin concurso, a constructoras amigas, e inauguradas siempre por el cardenal Norberto Rivera, agradecido por el regalo de terrenos públicos para negocios privados con la muerte y el Paraíso.

Le funcionaron el grito y el clamor continuados. Pero no ha visto que la credulidad tiene un límite y le sigue el abismo. En su propia tierra lo ha sentido en carne propia: que en Villahermosa fuera abucheado al repetir su cantaleta debió encenderle luces rojas. Se encendieron, pero no las ve porque va derecho y no se quita. Ahora denuncia a diestra y siniestra culpables del desastre en Tabasco. El asunto por supuesto debe investigarse. El ex gobernador aclaró que el presupuesto para los diques le fue recortado a la mitad por legisladores que creyeron darle mejor uso subiéndose salarios, pagándose salas de belleza en la Cámara, autos, ayudantes, comidas y viáticos.

Si algo conoce López Obrador son los resortes que cimbran de inmediato al mexicano. Atribuir el desastre en Tabasco a la corrupción de los políticos tiene éxito asegurado. Sin duda, debe conocerse la verdad en lo referido al presupuesto; pero otra verdad, inocultable, es la del desastre climático, no siempre originado en imprevistos de la Naturaleza, sino construido afanosamente por los hombres. Veamos un ejemplo en la entrevista realizada, hace dos años, por mi amiga Cristina Martín a Eduardo Santana, director de la Reserva de la Biosfera de Manantlán, entre Jalisco y Colima. Dice Santana:

El agua de la Sierra de Manantlán mantiene toda la agricultura de exportación de Colima. Si no estuvieran los bosques pasaría lo que vemos en Chiapas, donde la lluvia hace estragos. Dicen “ya no llueve porque no hay bosque”, pero eso es falso. Llueve la misma cantidad. Lo que pasa es que si caen 100 mil litros de agua a una cuenca que tiene bosque, te la va soltando a mil litros por día y tienes agua todo el año, porque el bosque funciona como una esponja que la absorbe y la va soltando poco a poco. Si quitas el bosque y metes pasto, caen 100 mil litros de agua y bajan 10 mil al día, se acorta el número de días que tienes agua (...), sale en menos tiempo y causa inundaciones y problemas de erosión. No es que no llueva, es que cambió la distribución del agua.

Esto, como se ve, es bastante más complejo que el grito: ¡Pinches políticos rateros! Un año de consecutivas derrotas debería poner a pensar al PRD que el camino con AMLO y sus manías ya está cerrado. Por eso, llega y pierden, se ausenta y ganan.

Una buena noticia

Las confrontaciones inter PRD, que ya causaron el cierre de la Asamblea Legislativa del DF por empleados secuaces de Bejarano, lleva ahora al revire de los legisladores: transparencia obligada en las cuentas sindicales. Bien. De ahí puede surgir la ansiada reforma laboral que permita sacar la educación del hoyo negro en que la tiene el poderoso y corrupto sindicato, y rescatar a Pemex de las garras del suyo. Le están quitando el primer ladrillo al muro del sindicalismo corrupto... (¿hay otro?)

Luis González de Alba - 643

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domingo, noviembre 18, 2007

José María Pérez Gay, nuevo "editor" del cine mexicano

BAJO RESERVA Periodistas EL UNIVERSAL15 de noviembre de 2007

Dos parejas hicieron la edición de la cinta del director Luis Mandoki, titulada Fraude: México 2006. Con el material del cineasta, decidieron quiénes aparecen, las secuencias y los créditos. Trabajaron arduamente con un criterio político, en medio de la sucesión por la presidencia del PRD, nos dicen.

Lo hicieron en la casa del escritor José María Pérez Gay. ¿Quiénes son tan distinguidos editores del nuevo cine mexicano?, se preguntará usted. Se trata de Chema y su esposa Lilia Rossbach y, por supuesto, de Andrés Manuel López Obrador y su cónyuge Beatriz Gutiérrez Müeller. La parte técnica estuvo a cargo del experto, nos aseguran.

El ahora productor Federico Arreola explica que Jesús Ortega y Alejandro Rojas Díaz-Durán son “productores asociados”, quienes utilizaron “sus ahorros familiares, así como trabajo para hacer posible que el filme esté ahora a punto de estrenarse”. Hay otros hombres de negocios que le metieron recursos a la película, pero esos, esos no los dará a conocer el periodista amigo del legítimo.

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Luz y sombra de la condición humana / Luis González de Alba

Impresionante la crónica de Jonathan Pardiñas, enviado de MILENIO a Tabasco, el lunes 5: “Él nos estuvo avisando (el gobernador Andrés Granier) días antes de la inundación; nos rogaba que nos saliéramos, pero no le hicimos caso”. Lo exhortan: “¡Váyase a descansar!” porque saben que no ha dormido. A los propios reporteros les resulta difícil creer lo que ven y oyen, sobre todo no escuchar reproches contra el gobernador, así fuera los que dicta la desesperación.

Mientras esto ocurre, el PRD capitalino envía ayuda... a los municipios gobernados por el PRD y para que lo entregue la más grande chachalaca que abruma al país: el ya desorbitado López Obrador que acusa a diestra y siniestra, sin ver que él también dejó en el olvido la infraestructura hidráulica del DF, porque no se ve ni rinde votos, para realizar obras de relumbrón cuyo costo ha escondido celosamente, amparado por una servil Asamblea Legislativa. Los costos seguirán ocultos por diez años, pero dan idea algunos números bien conocidos: el PRD recibió el gobierno capitalino con una deuda de 12 mil millones de pesos, López Obrador lo entregó con una deuda de 44 mil millones de pesos. Casi el cuádruple.

En previsión de inundaciones en el DF, López Obrador ha recibido exigencias hasta de Marcelo Ebrard que ya echó sus barbas a remojar, como informó el martes 6 Reforma: “El jefe de Gobierno urgió a que la Federación destine recursos al nuevo Emisor Oriente, que requiere 12 mil millones de pesos”... a la Federación legítima cuya cabeza es López... ¿o no?

Granier es el gobernador priista que derrotó en su propia tierra al candidato, también surgido del PRI, que lanzó el PRD y tuvo el apoyo personal de López Obrador. Curiosamente, no ha vuelto a hablar de fraude alguno en esa elección ni en todas las que siguieron, por cierto.

En las crisis emerge lo mejor y lo peor de la condición humana: gente que trabaja sin descanso levantando bordos y entregando despensas, y gente que asalta joyerías, zapaterías y tiendas de electrodomésticos. Quizá en no pocas ocasiones son las mismas personas. Políticos que trabajan y otros que sólo buscan llevar las aguas del Grijalva a su molino con medias verdades y con embustes completos.

Es muy probable que por actos de corrupción las obras que debieron prevenir el desastre no hayan sido suficientes, pero también es cierto que cayó un metro de lluvia por metro cuadrado de terreno y eso no lo resiste nada; es igualmente verdad que hasta la luna llena, que ocurrió por azar en el momento de mayor proximidad con la Tierra , produjo una marea inusualmente alta que taponeó con un muro de agua la descarga de los ríos al mar; y no es menos cierto —aunque señalarlo moleste— que la población se negó a escuchar el insistente llamado de las autoridades, como se ha negado a evitar los asentamientos irregulares en zonas de alto riesgo promovidos, siempre y sin falta, por quienes medran con la pobreza, sea por motivos económicos o políticos, buitres de la pobreza.

Este último eslabón de la tragedia también tiene explicación variada y nada simple: desde el temor al pillaje, como ha estado ocurriendo, contra las casas y negocios abandonados, hasta el viejo y muy resistente antigobiernismo que no cesa de ver complots, mentiras y proyectos de atraco aun cuando el llamado se haga de buena fe.

Se dirá que “el que con leche se quema, hasta al jocoque le sopla” y es verdad: un pueblo al que no se le rinden cuentas, al que se engañó con obras de relumbrón en el DF mientras se abandonaba la infraestructura hidráulica y el Metro; al que por ley se le ocultan los costos de obras mal proyectadas y peor realizadas, no saldrá corriendo para subir al Ajusco cuando las autoridades avisen que la inundación capitalina está por llegar.

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Fraude: México 2006

“El presidente legítimo” la hizo de censor y editor en la reciente cinta del director Luis Mandoki, Fraude: México 2006. Andrés Manuel López Obrador enlató a varios personajes que pusieron dinero para la producción del documental, entre ellos a Jesús Ortega, líder de la corriente Nueva Izquierda. El tabasqueño montó en cólera contra Chucho y de paso también mandó a la lata los agradecimientos a Leonel Cota y Dante Delgado, nos aseguran.

Federico Arreola tuvo la idea de convocar a los productores, fundamentalmente de la clase política perredista. Quedaron Ortega y Alejandro Díaz Durán (este último en sustitución de Marcelo Ebrard). Al final, el legítimo vetó la aparición del jefe de gobierno de la ciudad de México, que sólo tendrá un paneo de 15 segundos en la cinta. El tabasqueño mandó a volar a todos.

Ortega confirmó que sí sacó dinero de su bolsillo para la producción de Mandoki y que le entraron unas seis o siete personas más. Nos dicen que la película, que se estrena el viernes 16 de noviembre, se inscribe en el pleito por la dirigencia del PRD. Mañana le daremos más datos de dónde y quiénes escogieron las escenas.

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AMLO, un lastre para la izquierda: Roger Bartra

Foto: Javier García
El sociólogo y académico de la UNAM desmenuza con severidad y contundencia las consecuencias que ha tenido en el PRD la presidencia legítima del tabasqueño.

México.- Meticuloso, agudo, tranquilo y emotivo a la vez, Roger Bartra, analista y observador permanente de la izquierda mexicana, disecciona con filoso escalpelo a Andrés Manuel López Obrador y a su movimiento “insurgente” (así lo califica), a un año de que el perredista se proclamó presidente legítimo. El extenso análisis hecho durante la entrevista por Bartra —investigador emérito del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y uno de los primeros intelectuales y académicos de la izquierda que criticó profundamente al tabasqueño el año pasado— deriva en conceptos breves, contundentes. Así, el antropólogo y doctor en sociología por la Sorbona de París, de 65 años, dice sobre López Obrador:

—“No era un peligro para México —yo nunca coincidí con esa terrible y excesiva idea—, pero sí es un lastre para la izquierda”.

—“Es una fantasma que lanza estocadas al aire”.

—“Es una versión tragicómica del realismo mágico latinoamericano”.

—“Además de conservador, es reaccionario: busca la restauración del nacionalismo revolucionario populista”.

—“Quiere restaurar un subproducto, un desecho de la crisis de la dictadura perfecta (Mario Vargas Llosa dixit)”.

—“Encabeza políticas no sólo reaccionarias, sino primitivas de la izquierda”.

—“Es un fundamentalista sin fundamentos”.

—“La clase media ya no le teme… porque perdió; si vuelve se volverá a asustar”.

—“Lo ideal sería que rectificara y se reinventara”.

—“Si no cambia, le va a pasar lo mismo que a (Cuauhtémoc) Cárdenas, (quien en su segunda y tercera candidaturas presidenciales quedó en tercer lugar con porcentajes testimoniales)”.

—“Si no cambia, está liquidado políticamente: podrá ser candidato presidencial otra vez, pero volverá a perder”.

—“Terca y asombrosamente se mantiene en la misma línea que lo llevó al fracaso. No ha cambiado un ápice”.

—“Si inmolara su figura política y se marginara electoralmente, la izquierda podría salvarse y recuperarse”.

—“En el extremo y, paradójicamente, su arrogancia podría llevarlo a declinar en 2012 por Marcelo Ebrard (quien le haría todavía más daño a la izquierda: se confirmaría la priización de ésta, porque Ebrard representa las posiciones más atrasadas y priístas de la izquierda), o por Lázaro Cárdenas Batel (él representa una línea más socialdemócrata, con gente como Jesús Ortega)”.

* * *

Al hacer un balance de un año de presidencia legítima de López Obrador y de su movimiento opositor, el hijo del poeta y prosista catalán Agustí Bartra, exiliado en México a causa de la Guerra Civil española, dice:

—“Es como un chivo en la cristalería de la democracia. Y de la izquierda”.

—“Es un fracaso en todos los campos (el fracaso más evidente fue el electoral: el PRD perdió todo y el triunfo en Michoacán se debió, entre otras cosas, a la ausencia de López Obrador en la campaña)”.

—“Es una insurgencia estéril y paralizante”.

—“Es un fundamentalismo vacío, sin dogmas políticos o religiosos”.

—“Es como un circo sin poesía”.

—“López Obrador tenía dos opciones: la vía de la inteligencia y la vía del ridículo. Desgraciadamente abandonó la primera y optó por la última. Y esta vía ridícula lo llevó a un callejón sin salida. La vía inteligente era la construcción de una alternativa sensata de contraposición”.

—“No gestó un movimiento social o popular, sino un cacicazgo que tiene bases de simpatía o apoyo, pero que se le va a deshacer porque es una masa desestructurada y desalentada”.

* * *

Sobre lo que le ha pasado a la izquierda en este año de presidencia legítima, el autor de diversos libros y textos sobre el poder y la cultura, dice:

—“La izquierda lleva un año restañando los destrozos y la herida que dejó López Obrador”.

—“La izquierda lleva un año barriendo la basura que dejó la campaña y la protesta poselectoral. Y van a seguir barriendo durante los próximos años, porque mientras persista esta presidencia legítima va a continuar el tiradero y los destrozos para la izquierda”.

—Para la izquierda ha sido un año de retroceso en cultura política, y de fracaso casi catastrófico en lo electoral”.

—“Si mantiene la línea de AMLO, el futuro de la izquierda será un tercer lugar testimonial (las elecciones federales del 2009 serán un terremoto)”.

—“Ha habido algunos intentos de cambiar la línea de López Obrador en la Cámara, en el Senado, en el último congreso perredista, y con la ayuda de algunos gobernadores como Lázaro Cárdenas y Amalia García, pero siempre están acechados, vigilados, y son hasta atacados, como le sucedió a Ruth Zavaleta”.

—“El PRD tiene un vocero —Gerardo Fernández Noroña— (aunque es más vocero de López Obrador), que cada vez que habla, la izquierda pierde 100 mil votos. Y habla mucho…”

* * *

¿Se perdió el futuro de la izquierda con Andrés Manuel?

Pues por lo menos le puso un largo paréntesis. De todas maneras, dentro de mi pesimismo veo algunas luces: la inmensa masa de izquierda democrática que hay en este país y que está por todos lados: en la prensa, en los barrios, en la intelectualidad, en los partidos, en grandes sectores de la clase media, en estudiantes, en profesionistas y, ni hablar, en las clases populares, a pesar de los sectores duros. Hay fuerzas de izquierda democrática muy importantes alojadas en el país. Y pueden emerger…

¿Ve un final desgraciado de López Obrador?

Bartra hace un largo silencio: “Desgraciado, trágico, no, en el sentido de que no está escrito, no está en su destino el desaparecer trágicamente. Yo creo que más bien va a ser un lento proceso de marchitamiento. Se va a marchitar lentamente, penosamente, difícilmente. Y exactamente parte de eso ha sido esta presidencia legítima…”

Juan Pablo Becerra-Acosta M.

Milenio 18-11-2007

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